Primera cita
Con paso firme y apresurado entras a la confiteria en cuestión, y ahí está él... tímida lo saludás, te sentás y notás que ese hombre erguido, elegante de buen porte tiene unos cuantos dientecitos menos. Hum… pensás y bueno, a quién no le falta un diente?
Él comienza a hablar de sus actividades, de su edad (es 15 años mayor que vos- está buscando una enfermera, pensás), de sus nietos. ¡De sus nietos!!! Qué horror, vos apenas tenés hijos. La cara te va cambiando y más aún cuando cada cinco minutos el monólogo es interrumpido por su celular. Lejos de toda caballerosidad atiende una y otra vez- tu ex debido a su trabajo hacía lo mismo- No es eso lo que querés, que te releguen por un celular.
Entonces sin mediar palabras y cuando ya no aguantabas más, te levantas; esbozando una sonrisa le decís que fue un placer y caminás hacia la puerta… Él sólo atina a decir “decime cuando nos vemos otra vez”.
¡¡¡ NUNCA!!! Respondés ya harta de este abuelo adicto a la telefonía móvil. Durante 20 años aguanté que el celular interrumpiera los mejores momentos de mi vida, no pienso volver a aguantar tamaña irrespetuosidad. Te colgás la cartera en el hombro derecho y con paso firme y altiva salís de ese lugar.
¡¡¡ NUNCA!!! Respondés ya harta de este abuelo adicto a la telefonía móvil. Durante 20 años aguanté que el celular interrumpiera los mejores momentos de mi vida, no pienso volver a aguantar tamaña irrespetuosidad. Te colgás la cartera en el hombro derecho y con paso firme y altiva salís de ese lugar.
Pucha, parece que la conquista del super, tenía fecha de vencimiento.
Su Sif
(Parte 15, cont...)
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